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"La lucha por la democracia, nunca ha sido tan urgente"

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Mi vida de lucha y resistencia

Antonio Ledezma

Nací el 1 de mayo de 1955 en San Juan de los Morros, estado Guárico, Venezuela. Desde muy joven, la política y la justicia social marcaron el rumbo de mi vida. A los 13 años, me incorporé a la Juventud de Acción Democrática (AD), donde comencé a forjar mis ideales democráticos y mi compromiso con el servicio público. Fue en ese momento cuando entendí que mi vocación no era solo observar, sino actuar.

En 1973, fui elegido secretario juvenil de Acción Democrática en mi región, un cargo que marcó el inicio formal de mi carrera política. Aquellos años de juventud fueron fundamentales para entender la importancia de la organización y la lucha por los derechos de los más vulnerables. Ya en 1979, di un paso más grande al ser elegido diputado para formar parte del parlamento de mi estado Guárico. Fue mi primera experiencia en el ámbito legislativo, donde aprendí que la política no es solo un ejercicio de poder, sino una herramienta para transformar realidades.

Mi formación académica también fue un pilar fundamental en mi vida. En 1982, obtuve el título de abogado en la Universidad Santa María en Caracas. Esta profesión no solo me brindó herramientas para defender la justicia, sino que también me permitió entender la importancia de las leyes como base de una sociedad democrática.

Entre 1984 y 1989, fuí elegido en elecciones populares como diputado al Congreso de la República, y en 1993 como Senador, en representación de mi estado natal, Guárico. Fueron años de intenso trabajo legislativo, donde pude contribuir a la construcción de políticas públicas que beneficiaran a los ciudadanos. Sin embargo, mi compromiso con la democracia y la justicia no se limitó al ámbito legislativo.

En 1992, durante el segundo gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez, fui nombrado gobernador del Distrito Federal (hoy Distrito Capital). Fue un período desafiante, marcado por la inestabilidad política, pero también por la firme convicción de defender la democracia frente a los intentos golpistas que sacudieron al país. En diciembre de 1995, fui elegido alcalde del municipio Libertador de Caracas, el municipio más poblado de Venezuela. Durante mi gestión, me enfoqué en mejorar la calidad de vida de los caraqueños, enfrentando desafíos como la inseguridad y la falta de servicios públicos. Sin embargo, mi lucha por la democracia no terminó allí. En el año 2000, fundé el partido político Alianza Bravo Pueblo (ABP), una plataforma opositora al chavismo que buscaba ofrecer una alternativa democrática y progresista para el país.

Mi formación continuó siendo una prioridad. En 2001, me enrolé en un curso de Gerencia Pública en el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), lo que me permitió fortalecer mis habilidades para gestionar políticas públicas de manera eficiente. Seguidamente curse estudios de post grado en la Universidad Metropolitana, graduándome con honores como Especialista en Gerencia Pública.

El año 2008, fui elegido como Alcalde Metropolitano de Caracas, un cargo que asumí con la firme convicción de trabajar por la ciudad y sus habitantes, a pesar de las constantes restricciones impuestas por el gobierno de Hugo Chávez. En 2009, el gobierno chavista limitó las competencias de la Alcaldía Metropolitana, transfiriendo buena parte de sus funciones y presupuesto a organismos paralelos del oficialismo. Fue un golpe duro, pero no me detuvo. Mi compromiso con la democracia y la justicia siguió intacto. A pesar de todas las adversidades opte por la reelección en el año 2013 y volvimos a imponernos con la mayoría de los votos de los ciudadanos. En 2014, junto con Leopoldo López y María Corina Machado, suscribí el documento “La Salida”, una propuesta pacífica, democrática y constitucional para enfrentar el gobierno de Nicolás Maduro.

Sin embargo, mi lucha por la democracia tuvo un costo personal. El 19 de febrero de 2015, fui detenido por el SEBIN (Organismo policial del régimen) bajo acusaciones de conspiración contra el gobierno de Maduro. Aquella detención, injusta y arbitraria, generó rechazo internacional, pero no logró quebrar mi espíritu. Durante más de mil días, enfrenté el encierro con la misma determinación con la que siempre he defendido mis ideales.

En 2017, logré escapar del arresto domiciliario y cruzar clandestinamente la frontera hacia Colombia. Posteriormente, me establecí en España, donde continué mi activismo político en defensa de la democracia y los derechos humanos. Ese mismo año, recibí el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, otorgado por el Parlamento Europeo, un reconocimiento que no solo honraba mi lucha, sino la de todos los venezolanos que resisten frente a la opresión.

En 2023, fui nombrado coordinador internacional del Consejo Político de María Corina Machado y Edmundo González, un cargo que asumí con la misma pasión y compromiso que han guiado mi vida desde aquellos días en que luchaba desde las trincheras estudiantiles. Esa tarea la complemento en mis funciones como Coordinador del Observatorio Geopolítico de América Latina (OGAL).

Hoy, desde el exilio, sigo trabajando incansablemente por la libertad de Venezuela. Mi vida ha sido una lucha constante, marcada por la resistencia, la esperanza y la firme creencia en que un futuro mejor es posible. Como dijo Don Quijote: “No hay riqueza que encierren el cielo y la tierra mayor que la libertad”. Y es por esa libertad, por la que he luchado toda mi vida, que seguiré trabajando hasta el último aliento.

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